Autor: Staff
Dueña y patrona
Una telenovela más que lleva el “de Pasión” en su nombre, ahora Minas de Pasión, se estrenó en el horario de las 6:30 de Las Estrellas bajo la producción de Pedro Ortiz de Pinedo. La historia es una adaptación de La Patrona (Telemundo, 2013), la cual a su vez era una versión bastante libre de la telenovela venezolana La Dueña (1984) de José Ignacio Cabrujas y Julio César Mármol.
El equipo de escritores detrás de los nuevos libretos está formado por Bethel Flores, Edwin Valencia, María Elena López y Romy Díaz.
El triángulo de Minas de Pasión está formado por Livia Brito, Osvaldo de León y Anette Michel como la madre de él quien hará todo lo que esté a su alcance por separarlos.
En la primera semana vimos cómo el urbano Leonardo Santamaría (Osvaldo de León) se enamora de la minera Emilia Sánchez (Livia Brito) al regresar al pueblo donde vive su familia. Leonardo vuelve para hacerse cargo de los negocios familiares los cuales incluyen una mina. Su madre Roberta (Anette Michel) lo quiere ver lejos pero Leonardo siente pena por su padrastro Ignacio (César Évora) quien tiene principios de Alzheimer. Emilia es testigo de los amoríos de Roberta con un senador lo que causa un enfrentamiento entre ellas. Roberta lo único que quiere es quedarse con toda la fortuna de Ignacio y planea deshacerse de él y de Emilia.
Otra vez el conflicto pueblo vs ciudad
Al igual que Nadie Como Tú y Tierra de Esperanza, Minas de Pasión es oooootra telenovela de ambiente campirano en donde uno de los protagonistas viene de la ciudad y se enamora del otro protagonista quien es un “salvaje” pueblerino. Es cansado ver tres telenovelas sobre lo mismo, en el mismo canal, en la misma temporada y con las mismas deficiencias.
En Minas de Pasión tenemos una protagonista aguerrida que es pretendida por varios hombres entre ellos dos hermanos patanes. Leonardo, el protagonista, es un hombre que en el primer capítulo le dijo a su novia Sara (Sylvia Sáenz) que estaba súper enamorado de ella y que deberían fijar la fecha de su matrimonio. Sin embargo, para el capítulo 3 ya se había olvidado de eso y no perdía oportunidad para estar cerca de Emilia.
Además de Leonardo, Mauricio (Adolfo de la Fuente), el hermano de este, también pretende a Emilia. Mauricio es otro sinvergüenza que hasta estando en frente de su novia Jennifer (Lizy Martínez), anda de rogón con la minera.
El único galán que vale la pena en el mundo de Emilia es su amigo Sebastián (Carlos Gatica) pero a ella no le gusta como hombre.
Las minas de la patrona
Minas de Pasión peca de predecible y además, por la cantidad de veces que los personajes repiten las palabras “la patrona”, tal vez debió llamarse así. No hay capítulo donde algún personaje no diga “la patrona” en cambio nadie ha dicho que están en unas “minas de pasión”.
En la primera semana no hubo uno sino dos accidentes en las minas. En cuestión de producción se vieron bien logrados y tuvieron consecuencias en la trama, pero fueron presentados con un suspenso muy falso pues era obvio que no habría víctimas mortales.
Minas de ¿oro o de pirita?
La pirita es un mineral llamado el “oro de los tontos” porque a simple vista brilla como el oro pero no tiene su valor. Así en la telenovela tenemos elementos que parecen notables pero solo dan el relumbrón. Por un lado tenemos algunos actores y escenas que se ven naturales y bien dirigidos, y por otro tenemos miembros del elenco que parecen novatos y escenas cuya dirección deja mucho qué desear.
A pesar de las limitaciones de su voz, Livia Brito cumple con darle vida a Emilia. También Cynthia Klitbo, Alejandro Camacho, César Évora, Sylvia Sáenz, Carlos Gatica, Lizy Martínez, Adolfo de la Fuente, Alma Cero, Moisés Peñaloza y hasta Lukas Urkijo están dentro de la categoría de cumplidores. Desde veteranos hasta jovencitos sacan adelante su trabajo.
En el lado opuesto de la moneda tenemos el cuestionable trabajo de Anette Michel, Osvaldo de León y Rodrigo Murray.
La primera tiene toda la apariencia de una feroz villana pero al actuar no transmite la fuerza que debería tener una temible “patrona”. Parece como si entre novela y novela la actriz enfriara sus dotes histriónicas y requiriera más tiempo para calentar motores.
Osvaldo de León le echa ganas pero da la impresión de estar esperando todo el tiempo las indicaciones del director. Tan evidente es la inseguridad en sus movimientos escénicos que hasta parece principiante. Su Leonardo es posado y muy mecánico.
De Rodrigo Murray no sabemos si es voluntaria o involuntaria pero su forma de actuar siempre da una impresión cómica. Entendemos que el de él y el de Alma Cero son personajes pintorescos pero no deben olvidar que están en una telenovela no en un programa de la barra cómica.
Lo bueno
- Locaciones
- Producción
Lo malo
- Desigualdad en trabajo actoral y de dirección de escena
- El acento de la protagonista
- Texto predecible
Calificación inicial: 7
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