Autor: Staff
La huérfana que quería ser modelo
Los puntos buenos que el productor José Alberto Castro
obtuvo al presentarnos una historia “nueva” para la mayoría del público
mexicano con Las Hijas de la Señora García, se fueron al caño con su
decisión de volver a realizar la conocidísima historia de Cristal / El
Privilegio de Amar / Triunfo del Amor original de Delia Fiallo.
El nombre de la telenovela es Los Hilos del Pasado.
La nueva versión cuenta con adaptación y libretos del
productor y Vanesa Varela con coadaptación de Patricio Sáiz y Fabiola
López Neri. Los libretos están basados en la adaptación que hizo Liliana
Abud pudiendo ser de El Privilegio de Amar (1998) o de Triunfo
del Amor (2010).
En la primera semana vimos que Carolina Guillén (Gía Franceschi/Yadhira
Carrillo) tuvo una hija del sacerdote Salvador (Manuel Duarte/David Zepeda) y al
no poder alimentarla la abandonó a las puertas de una mansión. Esa hija es
Cristina (Bárbara López), quien realmente creció en un orfanatorio y
quiere ser modelo. Cristina y Carolina se conocen, pero tienen una relación
ríspida. Inesperadamente Carolina le da a Cristina la oportunidad de trabajar
en su casa de modas.
Un refrito que nadie pidió
Como una telenovela hueca más llegó este refrito que nadie
pidió. Ni el regreso de Yadhira Carrillo a la señal de Las Estrellas
es motivo suficiente para ver este melodrama de corte añejo y que está a años
luz de superar a Cristal o El Privilegio de Amar.
Castro es de los productores a los que se le asigna
mayor presupuesto en Televisa y eso se reflejará en las locaciones por
varios países. Cabe mencionar que esta historia se estrenó primero en Univisión
y, en ViX, al momento de escribir esto, ya estaba disponible hasta el
capítulo 30.
Tan básica y mojigata es esta telenovela que los personajes
no pueden decir la palabra “prostituta” ni “escort”. Con lenguaje “no ofensivo”
dan a entender que el personaje que hizo Sabine Moussier en EPDA (ahora
interpretado por Valeria Masini) no es más que una “sugar baby” en busca
de su siguiente patrocinador.
Además, el arranque de la historia careció de equilibrio. En
la primera semana parece que todo giró alrededor del personaje de Eduardo
Santamarina quien es Manuel, un productor musical maduro casado con Carolina
Guillén. Manuel intenta mantener viva su relación con Carolina pero una y otra
vez se topa con una dama a la que le importa más su trabajo que su familia.
El elenco
Yadhira Carrillo luce esplendorosa pero los textos y
la dirección de escena de Salvador Garcini y Luis Manzo no le
hacen ningún favor. Santamarina le echa ganas para alejarse de su
anterior papel en Juegos de Amor y Poder pero lo seguimos viendo a él,
no al productor musical Manuel Navarro.
Bárbara López es buena actriz pero el papel de la
bella huérfana protagonista no va acorde con la imagen que transmite. Emmanuel
Palomares está instalado en niño rico bobo que a toda mujer con que se cruza
le dice que qué linda está.
Azela Robinson y David Zepeda pasan como madre
e hijo pero es una chocantada que desde el pasado y hasta el presente, estén hablando
de que el padrecito debería estar trabajando en El Vaticano.
En otros papeles vimos a Daniela Martínez y Valeria
Masini como las roomies de Cristina; Laura Flores y Lorena
Meritano como las colaboradoras de Carolina; Eugenio Bartilotti como
el patiño gay Tony; Mark Tacher como el amigo malvado de Manuel; Raquel
Garza y Daniel Tovar como vecinos de Cristina; Clarisa González quien
ya está muy adulta para ser la hija adolescente de Carolina y Manuel; Sergio
Goyri como el padrote que extorsionará a Carolina y Joaquín Calatayud como
su hijo; Luz María Aguilar como la madre superiora del convento y Ruth
Rosas como su patiño.
Una telenovela deshilachada
Sería el colmo que con su presupuesto Los Hilos del Pasado
no tuviera una buena producción. Las locaciones, el diseño de arte y el
vestuario en general cumplen con lo que se espera de una producción en horario
estelar de Las Estrellas.
La música incidental no ayuda para nada a la historia. El musicalizador
seleccionó piezas con guitarra para provocar una atmósfera más cálida pero suenan
del montón.
Hubiéramos preferido ver un remake turco, portugués,
colombiano o hasta chileno que una historia que la empresa ya realizó en dos ocasiones.
Los Hilos del Pasado está muy endeble y pasará a la historia como una
telenovela deshilachada.
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